Cerca de las 21:00 horas y tras una función solemne presidida por el vicario episcopal don Francisco Tejerizo, comenzaba la procesión con numerosos vecinos acompañando.
Se estrenó nuevo recorrido, recuperando el tránsito por la calle San Juan Nepomuceno y San Luis, nuevas andas para San Juan, y nuevo terno para la virgen del Rosario.
Numerosos balcones adornados demostraron las ganas que los zubiense tenían de ver a sus patrones.
De nuevo el momento más esperado fue el tradicional Castillo de fuegos artificiales, con su simbología en la que todo lo malo se quema y se convierte en luz y color.
Uno de los momentos más emotivos se vivieron al regreso de los patrones con la marcha caridad del Guadalquivir para despedir a San Juan Nepomuceno y Encarnación coronada para la virgen del Rosario, ambas marchas magistralmente interpretadas por la banda municipal de música de La Zubia.
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